Hoy tengo el inmenso placer de charlar con Marly Santamaría sobre el sistema de orquestas de Venezuela. Ella, como música, como venezolana, y como residente en Europa desde hace más de una década, tiene una visión muy amplia, tanto para explicarnos cómo funciona el sistema en su país, como para poder hacer una comparativa entre los resultados de su país y España.
Es un privilegio poder contar con ella, puesto que nos describe el paisaje de una manera muy clara. Marly se inició con el clarinete en el Sistema de Orquestas de Venezuela. Continuó sus estudios en Suiza y luego en Musikene (Donostia- San Sebastián). Actualmente es profesora de clarinete del Conservatorio elemental de Palma de Mallorca, y en las Escuelas municipales de música de Inca y Andratx.
¿En qué consiste el sistema de orquestas de Venezuela?
Es un programa de educación musical creado por José Antonio Abreu (1939-2018) en Venezuela. Su labor es permitir la a niños en riesgo de exclusión social el acceso a estudios musicales que, en cualquier parte del mundo, podría ser algo elitista, pero en Venezuela, mediante este sistema de orquesta cualquier niño que quiera puede disfrutar de hacer música.
¿Cómo es el modelo o método de aprendizaje?
Los niños y jóvenes que acceden al sistema de orquestas tienen sus clases semanales de coro, teoría y solfeo, armonía, instrumento. Y práctica orquestal cada día. Digamos que la novedad, comparado con el sistema tradicional, es la práctica diaria de orquesta ya que se pueden trabajar muchos aspectos que en clase individual sería imposible (aspectos tanto musicales como valores éticos, espirituales, sociales).
¿A quién está dirigido? ¿Puede hacerlo todo el mundo? ¿Tiene algún tipo de coste?
Está dirigido especialmente a niños, aunque cualquier persona puede acceder al sistema. Solo que si se es mayor de edad, se debe ser consciente que posiblemente tenga que asistir a clase con niños menores. Tampoco hace falta tener dinero ya que no se paga ni matrícula ni mensualidades. Tampoco hace falta tener recursos económicos para obtener un instrumento, ya que el sistema le deja uno en calidad de préstamo de manera gratuita.
¿Qué destacarías del sistema de orquestas venezolano? ¿Cuál es su éxito?
El crecimiento que supone, tanto en aptitud como actitud, la práctica diaria orquestal. Además de la pasión que despierta la música y, quizás, esto se hace aún más palpable cuando la mayoría de la gente que está allí aprecia, valora y agradece cada minuto que pasa haciendo música dentro de la orquesta, produciendo todos juntos un solo sonido, como si fuera una familia. Porque saben que si no fuese por el sistema su vida sería muy diferente. No hubiesen tenido la oportunidad de vivir todo aquello.
¿Cómo fue tu aprendizaje musical de pequeña?
En mi caso aprendí dentro del sistema. Aunque debo reconocer que mis inicios fueron en una escuela de música tradicional. Mi padre también es clarinetista y saxofonista y cuando consideró que ya teníamos edad nos llevó a mí y a mis dos hermanos mayores a la escuela de música. Pero las clases se nos hacían interminables, aburridas y no le encontrábamos sentido a todo aquello. Así que finalmente nos dio de baja. Sin embargo, él no se rendía, y continuaba llevándonos a sus conciertos. Pasados unos años, ya un poco más mayores, nos empezó a llamar la atención todo aquel mundillo. Así que cuando le dijimos a mi padre que nos queríamos apuntar a música salió corriendo a apuntarnos. Pero esta vez fue al sistema. Y esta vez acertó. Ya más nunca nos separamos de nuestros instrumentos. Incluso hoy en día somos 5 hermanos y todos tocamos nuestros instrumentos.
¿Qué efectos positivos ves en los niños que aprenden con ese sistema frente a los niños que aprenden con el sistema tradicional?
Cuando llegué a España me costaba entender que alguien pudiera realmente disfrutar y motivarse con su instrumento tocando para sí solo en una habitación toda la semana, esperando el momento semanal en que por fin ejecutar sus melodía en otra habitación pero esta vez con el profesor de público. Es triste.
Por otro lado, cuando la gente me pregunta cómo se ha logrado que orquestas de jóvenes suenen como suenan, en un país como Venezuela. Les digo: no hay secretos. Ensayamos 3 horas cada día. Los chicos de la Bolívar tienen unos 20 años tocando juntos. Lo raro sería que no lo hicieran bien. Se conocen tanto que si alguno levanta una ceja el resto ya sabe lo que debe hacer.
¿Qué opinas del método tradicional?
Es un método que funciona, pero parcialmente. Todo depende de lo que se quiera lograr. El principal fallo que yo noto es que se trabaja mucho individualmente, pero la parte colectiva se olvida bastante. Y hay muchos aspectos que no se pueden trabajar si no es en grupo. Ahora ha surgido una nueva corriente que es la pedagogía de grupo. La veo necesaria, pero debemos controlar para no pecar e irnos hacia el otro extremo, donde todo sean clases grupales y no tengamos ese momento individual donde poder dedicarse a las necesidades de cada alumno. Y es que cada niño es diferente. Por eso, pienso que lo ideal es lo que ocurre allá en Venezuela. Hay un equilibrio perfecto entre el tiempo individual de un alumno con su profesor, y el tiempo de hacer música en grupo.
Continuamente la sociedad nos lamentamos de las horas bajas por las que pasa la cultura ¿Cuál crees que el problema que conduce a la carencia cultural en España?
Por una parte, la continua amenaza política donde los primeros recortes y los mayores impuestos siempre van a la cultura. Hay una falta de apoyo tremenda.
Pero por parte nuestra también hay una falta de innovación y un miedo a probar nuevos métodos. El sistema de orquestas está más que avalado. Tiene más de 40 años y ha producido músicos increíbles, como Gustavo Dudamel, Pacho Flores, Edicson Ruíz, Hans Agreda, etc. También es cierto que la realidad de cada país es muy diferente. Pero creo que se podría lograr algo así de grandioso aquí, incluso hay muchas más facilidades.
¿Y la solución?
Lamentablemente no tengo una solución infalible. Supongo que empezar a crear conciencia es el primer paso.
Desde la muerte reciente de Abreu, ha habido varios cambios en el sistema de orquestas, que han provocado la cancelación de conciertos y la fuga de músicos (muchos paradójicamente vienen hacia aquí, cuando los de aquí también se están marchando a Europa). Mucho ánimo y suerte a todas las personas que han luchado por llevar a la educación musical en Venezuela a lo más alto.